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SÍNTOMAS COMUNES:

Ataques de pánico

SÍNTOMAS COMUNES:

Ataques de pánico

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¿Qué es un ataque de pánico?

Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que detona reacciones severas cuando no hay un peligro real o una causa aparente. Los ataques de pánico suelen ser inesperados, aparecen sin previo aviso y pueden durar desde unos segundos hasta varios minutos. Aunque los ataques de pánico no ponen en peligro la vida, suelen ser muy aterradores para quienes los experimentan. En algunos casos, el miedo abrumador puede ser tan intenso que el individuo puede pensar que está sufriendo un ataque al corazón u otra condición de salud de la que no puede sobrevivir.1

¿Qué causa un ataque de pánico?

Muchas personas pueden experimentar uno o dos ataques de pánico en su vida, que pueden ser provocados por una serie de causas, como:1,2

  • Un acontecimiento trágico
  • Un trabajo estresante
  • Fobias
  • Hablar en público
  • Situaciones sociales
  • Conducir
  • Abstinencia de drogas o alcohol
  • Recuerdos de traumas
  • Enfermedades crónicas
  • Trastornos de ansiedad o pánico subyacentes

¿En qué se diferencia un ataque de pánico de la ansiedad?

Aunque los ataques de pánico y la ansiedad pueden estar relacionados, existen algunas diferencias entre ambos. Los ataques de pánico aparecen en episodios repentinos y concentrados e implican un alto nivel de miedo y síntomas físicos (ve la lista abajo).

La ansiedad, en cambio, es una emoción más general, que puede prolongarse durante largos periodos de tiempo y que puede caracterizarse por sentimientos de temor, anticipación, tensión o preocupación. La ansiedad puede acompañar a la anticipación de un acontecimiento estresante, al temor por los resultados desconocidos o a otros problemas de salud mental como la depresión o la soledad. La ansiedad es una parte muy común de la vida cotidiana. De hecho, cada año se producen más de 3 millones de casos de trastornos de ansiedad en Estados Unidos.3

Aunque la ansiedad y los ataques de pánico son diferentes, la ansiedad a menudo puede causar o contribuir a la aparición de un ataque de pánico. Por ejemplo, alguien puede sentir ansiedad por un acontecimiento social importante que va a celebrar. Y al anticiparse a este acontecimiento, la ansiedad puede convertirse en un ataque de pánico. Este sería un ejemplo de alguien que experimenta un ataque de pánico y un "ataque de ansiedad" al mismo tiempo. Dicho esto, aunque la ansiedad puede provocar ataques de pánico, no todos los ataques de pánico son causados por la ansiedad. Pueden ocurrir aparentemente de la nada, sin factores de estrés obvios.2

¿Cómo se siente un ataque de pánico?

Normalmente, cuando tienes un ataque de pánico, experimentarás uno o más de los siguientes síntomas:1,2

  • Ritmo cardíaco acelerado
  • Miedo a no tener control
  • Miedo a sufrir un ataque al corazón
  • Miedo a la posibilidad de morir
  • Transpiración
  • Temblor en las manos
  • Temblores en todo el cuerpo
  • Opresión en la garganta
  • Falta de aliento
  • Sequedad en la boca
  • Escalofríos
  • Sofocos
  • Malestar estomacal
  • Espasmos abdominales
  • Dolor u opresión en el pecho
  • Dolor de cabeza
  • Mareos o aturdimiento
  • Adormecimiento o sensación de hormigueo
  • Sensación de desconexión de la realidad
  • Sensación de agotamiento posterior

¿Por qué muchos sobrevivientes de abuso sexual infantil tienen ataques de pánico?

Como se ha comentado anteriormente, hay una variedad de factores de estrés que pueden causar ataques de pánico. Sin embargo, una causa que es más común entre sobrevivientes del trauma son los síntomas de estrés postraumático. Esto puede ser especialmente cierto para sobrevivientes de abuso sexual infantil que experimentaron su trauma a una edad temprana mientras el cerebro todavía se estaba desarrollando. Porque incluso después de que el abuso cese, y el niño/a o adolescente pasa a ser un sobreviviente adulto, su sistema límbico puede permanecer hiperalerta, en constante búsqueda de cualquier señal de peligro. Con el cerebro ya en este estado de estrés elevado, los sobrevivientes pueden ser más susceptibles a los ataques de pánico. También pueden tener más dificultades para controlar los síntomas en caso de que ocurra uno.

¿Significa un ataque de pánico que fui "detonada"?

En algunos casos, sí. Desafortunadamente, cuando el cerebro está siempre en un estado de hipervigilancia, puede reaccionar a algo que piensa que es una amenaza cuando, en realidad, a lo que el cerebro reaccionó no fue una amenaza sino un recordatorio de las amenazas muy reales del pasado. Estos recordatorios de traumas pasados son lo que llamamos detonantes. Los detonantes pueden ser cualquier cosa, desde una canción hasta un olor, pasar por un ventilador de techo o la apariencia de un extraño en la tienda. Por pequeños o insignificantes que parezcan estos recordatorios, tienen una conexión lo suficientemente fuerte con el trauma pasado como para que el cerebro hiperactivo los perciba. El sistema límbico reaccionará entonces a esta conexión haciendo sonar las alarmas, creyendo que estás en peligro. Por ejemplo, puedes ver un diseño de cortina que te recuerda a una habitación de tu infancia en la que fuiste abusada sexualmente. Al establecer la conexión, tu sistema límbico puede confundir el pasado con el presente y percibir que estás en el mismo peligro que experimentaste de niña.

Y como la amenaza de peligro puede parecer tan real, tu cuerpo puede responder a estas señales de alarma de diversas maneras. Puedes tener un flashback, olvidar dónde estás o sentir un dolor físico en el cuello y los hombros. En algunos casos, puedes desconectarte, a lo que se le llama “disociación.” Y en otros casos, puedes experimentar un ataque de pánico. En estos casos, las sobrevivientes pueden ser presas de un pánico repentino, superadas por un miedo intenso y la certeza de que el peligro es inminente.

¿Pueden matarme los ataques de pánico?

No. El ataque de pánico en sí no es mortal, incluso cuando se siente así durante el pánico del momento. Dicho esto, los ataques de pánico pueden afectar tu vida y tu salud en general de otras maneras.

Los ataques de pánico pueden ser tan aterradores que las sobrevivientes pueden vivir en un estado de miedo y ansiedad constantes sobre cuándo ocurrirá el próximo ataque. Dado que el cerebro de las sobrevivientes puede estar ya en alerta máxima debido al trauma que experimentó en la infancia, esta capa adicional de temor y pánico puede conducir a un mayor estrés tóxico y agotamiento. Un grado tan alto de ansiedad en un cerebro ya estresado puede hacer mella en la salud física y el bienestar emocional de las sobrevivientes.

Este temor a futuros ataques no sólo afecta al nivel de estrés de las sobrevivientes, sino que también puede alterar sus rutinas cotidianas. Los sobrevivientes pueden evitar ciertos lugares, áreas o eventos en los que sienten que sería difícil o embarazoso experimentar un ataque. También puede evitar actividades, eventos sociales, conversaciones y lugares que puedan recordarle el trauma e incitar a otro ataque de pánico. En algunos casos, una persona puede desarrollar un miedo a salir de casa por completo. Y aunque es natural, e incluso importante, que las sobrevivientes establezcan límites en torno a los posibles detonantes, evitar a las personas y los eventos hasta el punto de sentirse aisladas o incomunicadas puede conducir a una angustia adicional que no es propicia para la sanación.4

Cómo afrontar los ataques de pánico

Los ataques de pánico pueden ser muy aterradores, pero hay formas de reducirlos o incluso eliminarlos de tu vida. Si experimentas ataques de pánico de forma recurrente, te recomendamos encarecidamente que busques la ayuda de un profesional médico lo antes posible. 

Además de buscar tratamiento médico, hay herramientas y estrategias que puedes practicar por tu cuenta para ayudar a controlar la gravedad de los ataques de pánico y su impacto en tu vida diaria. Al probar y practicar estos recursos, es útil recordar que estás trabajando con tu cuerpo, no contra él. Este hecho puede parecer a veces difícil de creer, especialmente cuando tienes sentimientos de frustración, traición o desconfianza hacia tu cerebro y tu cuerpo por responder de una manera que te hace pasar tanto miedo y estrés. Y, sin embargo, a pesar de lo que pueda parecer a veces, tu cerebro y tu cuerpo están trabajando para mantenerte a salvo.

Al poner en práctica estas estrategias, te animamos a que lo hagas tanto con un Reconocimiento hacia los sentimientos tan reales de angustia que has tenido que soportar, como con sentimientos de paciencia, amabilidad y compasión hacia tu cuerpo y las formas en que ha trabajado con tu cerebro para ayudarte a sobrevivir.

Recursos para ayudar a gestionar los ataques de pánico

A continuación, hay tres recomendaciones de nuestra biblioteca de recursos. Cada una de estas recomendaciones son herramientas que pueden ser efectivas para ayudarte a gestionar los ataques de pánico que estás experimentando actualmente.
Woman standing on beach with blanket wrapped around shoulders
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TÉCNICAS DE CONEXIÓN

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Senior woman with eyes closed meditating, sitting cross-legged on floor
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