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RECURSOS DE SANACIÓN:

Nutrición

La alimentación es un aspecto de tu jornada de sanación que puedes controlar. He aquí algunos alimentos buenos que deberías agregar a tu dieta.

Una de las actividades cotidianas en las que todos participamos es comer, y no es ningún secreto que o que comes puede tener un gran impacto en la forma en que te sientes. A medida que trabajas para controlar los síntomas que pueden estar relacionados con el trauma del abuso sexual infantil, es posible que descubras que tu cerebro y tu cuerpo pueden beneficiarse si aprendes más sobre nutrición. En este contexto, la nutrición no sólo consiste en comer alimentos saludables. También se trata de:

  • Aumentar la capacidad del cuerpo para digerir activamente .
  • Elegir grupos de alimentos específicos que han sido estudiados por su efecto en el estado de ánimo.
  • Reforzar la conexión entre el cerebro y el cuerpo escuchando las señales del cuerpo.

Y como no hay dos sobrevivientes iguales, descubrirás que nuestro enfoque de la nutrición te anima a ser consciente de cómo te hacen sentir los distintos alimentos.

La comida y el estado de ánimo están entrelazados, un hecho que es especialmente importante para los sobrevivientes debido a la prevalencia de la depresión, la ansiedad, otros problemas de salud mental. Además del estado de ánimo, la comida también puede contribuir a los síntomas físicos relacionados con el trauma infantil, como el dolor o los problemas de sueño. ASobre todo, es difícil hacer el trabajo de sanación si tu cuerpo no recibe lo que necesita. A medida que practicas el reconocimiento de cómo te sientes (tanto mental como físicamente), te sentirás capacitada para ajustar lo que comes y cuándo lo comes de acuerdo con lo que funciona mejor para ti.

¿Cómo animo a mi cuerpo a "descansar y digerir"?

Lo ideal sería que tu cuerpo estuviera en un estado de calma que permitiera a las distintas partes del cuerpo hacer las tareas que les corresponden para digerir los alimentos que has ingerido, absorbiendo todos los nutrientes disponibles y manteniendo los residuos en movimiento a través de tu sistema digestivo. Sin embargo, para las sobrevivientes que están atrapadas en un ciclo de respuesta al estrés (piensa en luchar, huir o paralizarse), el cuerpo lleva oxígeno y sangre a las partes del cuerpo que pueden ayudar a responder a un factor de estrés. Esto significa que el sistema digestivo no es capaz de funcionar de manera óptima, y que puede resultar cualquier número de desafíos digestivos.

Practicar regularmente la Atención Consciente y otras técnicas de afrontamiento será crucial para ayudar a tu cuerpo a prepararse para “descansar y digerir.” Una de estas prácticas, la alimentación consciente (descrita a continuación), puede ser especialmente útil si la comida o el comer es algo que inicia una respuesta de estrés.

¿Qué es comer con atención consciente?

Comer con atención consciente es una buena práctica que sólo requiere que tengas comida para comer. Puedes elegir experimentar tu comida de forma consciente concentrándote en una (o más) de estas indicaciones:

PRESTA ATENCIÓN A LOS SABORES, OLORES Y TEXTURAS DE TU COMIDA

Por ejemplo, ¿está caliente o fría la comida? ¿Dulce o salada? ¿poco sazonado o condimentado? ¿Cuál es la textura de la comida? Si se trata de un plato preparado con varios ingredientes, ¿puedes identificar los sabores individuales?

CONCÉNTRATE EN TUS ACCIONES

Por ejemplo, concéntrate en el acto de masticar, o sé consciente de que te llevas el utensilio de comer a la boca. Prueba a dejar el cubierto entre bocado y bocado o a comer con la mano no dominante, todo ello te hará ir más despacio y te ayudará a ser más consciente.

PERMITE QUE LA TAREA DE COMER SEA TU FOCO DE ATENCIÓN

Si tiendes a comer mientras haces otras cosas (como ver la televisión o usar el teléfono), intenta comer sin esa distracción. Date permiso para sentarte, relajarte y poner en pausa todas las demás tareas o distracciones mientras comes.

COME CON GRATITUD

Hacer una pausa antes de comer para apreciar la comida que tienes delante puede ser una buena manera de practicar la Atención Consciente. Reflexiona sobre el trabajo que ha supuesto el cultivo de los ingredientes o el esfuerzo de preparar la comida.

¿Qué alimentos debo comer?

Hay mucha información sobre lo que debemos o no debemos comer; es especialmente confuso cuando el consejo nutricional de un experto contradice directamente la información de otro experto. Si a esto le añadimos las recomendaciones de amigos o familiares para probar una u otra dieta de moda, la nutrición se vuelve confusa en un abrir y cerrar de ojos.

En lo que respecta a la nutrición, nuestro consejo es que escuches a tu cuerpo. Tu cuerpo compartirá contigo una gran cantidad de información si prestas atención a sus señales. Si te sientes perezosa, te cuesta dormir o comes en respuesta a tus emociones, este consejo puede ser especialmente útil. Puedes practicar escuchar a tu cuerpo comiendo cuando tu cuerpo te diga que tiene hambre, notando cómo te sientes, emocional y físicamente, antes de comer, mientras comes y después de comer.

Puede que descubras que tu cuerpo se siente mejor cuando comes una serie de comidas más pequeñas a lo largo del día, o cuando sustituyes los alimentos muy procesados por alimentos frescos. Puedes notar que tu estado de ánimo se reduce si pasas demasiado tiempo sin comer, que eliges alimentos más saludables a lo largo del día cuando desayunas, o que te cuesta más dormir cuando bebes alcohol. Dado que eres la persona más indicada para saber cómo te sientes a lo largo del día y para hacer un seguimiento de lo que comes y cuándo lo haces, disponer de esta información puede ayudarte a comer y beber alimentos por los que tu cuerpo te agradecerá más adelante. La clave es escuchar y dejar que tu cuerpo te diga lo que necesita -y cuándo lo necesita- para sentirte saludable.

Si quieres probar a experimentar con alimentos conocidos por mejorar el estado de ánimo, considera añadir más de los siguientes a tu dieta:

PROTEÍNA

Los aminoácidos de las proteínas ayudan a tu cuerpo a producir neurotransmisores que desempeñan un papel en la prevención de la depresión y la ansiedad. El pescado, la carne, las verduras, los huevos, los lácteos, los frutos secos y las legumbres son buenas fuentes de proteínas.

GRASAS SALUDABLES

Los Ácidos Grasos Omega 3 se conocen a menudo como la "grasa del buen humor". Ayudan a que las hormonas y los neurotransmisores se unan a los receptores del cerebro, y las hormonas y los neurotransmisores tienen mucha influencia en el estado de ánimo. Puedes obtener más grasas saludables en tu dieta comiendo pescado, aguacates, huevos, aceitunas, semillas de lino, semillas de chía, nueces, algas y aceites saludables (oliva, coco y aguacate).

FRUTAS Y VERDURAS

Nuestros cerebros y cuerpos necesitan una variedad de vitaminas y minerales para funcionar de forma óptima. Comer una amplia variedad de frutas y verduras puede ayudarte a obtener los nutrientes que necesitas. Además de comer frutas y verduras de todos los colores, esta lista de alimentos "potentes" puede resultarte útil a la hora de hacer las compras.

SÉ PACIENTE Y CURIOSA

La sanación es posible, y requiere un trabajo arduo para que se produzca. Escuchar a tu cuerpo y comer de acuerdo con lo que necesitas puede ayudarte a mejorar tu concentración y a estabilizar tu estado de ánimo, dos cosas que serán importantes para tu aprendizaje y crecimiento. Recuerda ser paciente y compasiva contigo misma cuando establezcas nuevas intenciones en torno a la comida. Como con cualquier cambio de hábito o rutina, ser consciente de lo que comes y de cómo te hace sentir requiere tiempo, práctica y amabilidad corporal.

Es probable que pases por períodos de prueba y error mientras descubres qué alimentos son los mejores para ti y para las necesidades físicas y emocionales de tu cuerpo. Y eso está bien. Al igual que la sanación, la nutrición es una jornada en la que continuamente descubres algo nuevo sobre ti misma y sobre los alimentos que comes. Al igual que con todas nuestras prácticas de sanación, recomendamos trabajar con tu equipo de proveedores de atención médica para asegurarte de que estás recibiendo la nutrición que necesitas.

En última instancia, ser más consciente de los alimentos que comes y de cómo afectan a tu cerebro y a tu cuerpo, puede ayudarte a practicar:

  • Reconocimiento, al identificar cómo te hacen sentir los diferentes alimentos (tanto mental como físicamente) y cómo la nutrición puede estar afectando a otros síntomas relacionados con tu trauma.
  • Atención Consciente, al notar el sabor, las texturas y los olores de los alimentos que consumes, así como el impacto que esos alimentos tienen en tu digestión, estado de ánimo y bienestar general.
  • Aspiración, al elegir intencionadamente alimentos que tendrán un impacto positivo en tu cerebro y tu cuerpo en el futuro.