Los sobrevivientes pueden asociar la excitación sexual con sentimientos de vergüenza y culpa, especialmente si experimentaron excitación sexual durante el abuso. Aunque estas respuestas son naturales y no significan de ninguna manera que el sobreviviente haya consentido o disfrutado del abuso, puede ser difícil para los sobrevivientes desenredar los sentimientos de vergüenza y traición de los sentimientos de placer sexual e intimidad. Esta vergüenza que continúa en la edad adulta puede sentirse como una barrera que impide a las sobrevivientes disfrutar o participar en actividades sexuales. Puede afectar a la forma en que los sobrevivientes perciben su cuerpo, así como sus deseos y necesidades como ser sexual. Puede afectar las relaciones actuales, las experiencias y el tipo de afecto que los sobrevivientes sienten que merecen.

También es común que las sobrevivientes de abuso sexual experimenten desinterés en la actividad sexual. A veces los sobrevivientes, a pesar del interés y el compromiso romántico, pueden sentirse detonados por actividades o entornos que les recuerdan las circunstancias que rodearon el abuso. Otras sobrevivientes experimentan dolor y/o incomodidad durante el coito (a menudo llamado vaginismo), lo que puede estar relacionado con los esfuerzos del sistema límbico por proteger al cuerpo del trauma respondiendo con señales fisiológicas (como el dolor).

Otras sobrevivientes pueden no sentir nada en absoluto durante el coito, experimentando un entumecimiento emocional. En situaciones más graves, las sobrevivientes pueden disociarse por completo. En estos casos, las sobrevivientes pueden sentirse tan desconectadas de su mente y su cuerpo que pierden el tiempo durante el coito, incapaces de recordar lo que sucedió o el tiempo que se disociaron. Algunas sobrevivientes también pueden experimentar una disociación tan severa que se sienten como si hubieran abandonado su cuerpo y estuvieran observando el coito desde un punto de vista de tercera persona.

Una vez más, estas respuestas no deseadas y perturbadoras suelen deberse a que el sistema límbico se detona por algo en su entorno o circunstancia asociado a su abuso pasado. Incluso es posible que tu pareja sexual te provoque una reacción detonante durante el coito, a pesar de ser una persona en la que confías plenamente y con la que te sientes totalmente segura. Cualquiera que sea el detonante, el sistema límbico alarmado querrá protegerte de un peligro mayor poniendo distancia entre tú y la situación en la que te encuentras, incluso si esa situación es una que estabas dispuesta a y emocionada de disfrutar.

Y aun otras sobrevivientes pueden sentir que el sexo es necesario para ser amadas, o que sus cuerpos son lo único que pueden ofrecer en una relación. Es posible que se centren en comportamientos sexuales de riesgo y que participen con frecuencia en ellos (a lo que a menudo se le llama "hipersexualidad").