Ocultado y olvidado
Mi historia comienza alrededor de los ocho años. Fui abusada sexualmente por un miembro de mi familia. Alguien que yo había creído que me quería por sus palabras amables y la bondad que me había mostrado. Me manipuló y me acondicionó para que pensara que todas las cosas malas que me enseñó estaba bien hacerlas. De alguna manera, pensé que lo que hacíamos no era normal, así que se lo conté a mi madre y a la mujer del hombre que abusó de mí. Lo ocultaron y lo olvidaron.
Crecí confundida, rebelde y me sentía muy insensible. Ya no sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal. No fue hasta que volvió a abusar sexualmente de mí cuando cumplí dieciocho años. Aunque fue otra historia traumática escrita en el libro, fue un alivio saber que todos aquellos años de sufrimiento habían sido por culpa de un depredador. Durante esos diez años, pensaba que deliraba. Todos los flashbacks y recuerdos repentinos de mi infancia sobre él no eran mentira. Después de descubrirlo ante mi familia, he perdido a muchos integrantes de mi familia en mi vida. Pero, por otra parte, ahora sé quiénes son los integrantes de la familia que realmente están a mi lado y me quieren.
Me llevó algún tiempo encontrarme a mí misma. Tuve que verlo como si empezara de nuevo a los ocho años. Empecé a escribir poemas para ayudar a expresarme. No tardé mucho en empezar a compartirlos con mi familia y amigos y luego, con el tiempo, en Internet. Quiero ser una defensora permanente de los que callan, de los que llevan esa carga y de esa niña de ocho años.
Me gustaría compartir el primer poema que escribí. Es una parte de mí que he ocultado durante muchos años. A las sobrevivientes que lean esto, espero que este poema los eleve. Espero que sientan una conexión y reconozcan que no están solos.
Tan joven. Tan inocente. Tan ingenua. Tan pura… los «te quiero» y los abrazos sinceros. Eras la «perfección» a través de mis ojos. Para protegerme y amarme como si fuera tuya. Eras mi «héroe». Tan vergonzoso. Tan perdida. Tan entumecida. Tan sucia… que no podía lavarme. La confianza que se construyó se ha roto en pedazos. La peor mentira que alguien podría contar. Cómo se alimentó la violación y el abuso como falso amor. Cómo casi me destruyes. Cómo el dolor, la traición, los momentos de desesperación y la amargura casi se apoderaron de mi alma. Tan paciente. Tan valiente. Tan abierta. Cómo la aceptación y el amor genuino de la familia liberaron mis pensamientos negativos. Cómo la fe edificante hacia la que Él me ha guiado liberó mi espíritu. No para cambiar, sino para crecer y sanar. Para convertirme en la persona que estaba destinada a ser. Una vencedora. Charissa, Sobreviviente
-Charissa, Sobreviviente