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junio 5, 2023

La protección contra la sextorsión empieza por comprender la amenaza

Comentario de Chris Yadon, Director General de Saprea

Cualquier padre o persona encargada de criar a sus hijos tiene una lista de cosas que hace para protegerlos. No me refiero a una lista escrita, sino a una lista intuitiva que tienen en la cabeza y que les guía en la crianza de sus hijos. Por lo general, las cosas entran y salen de esa lista en función de las experiencias pasadas de los padres o cuidadores, pero de vez en cuando los padres se enfrentan a una nueva amenaza que ninguna generación anterior de padres tuvo que experimentar.

La extorsión sexual (sextorsión) es una de esas amenazas.

La sextorsión es una forma de abuso sexual infantil en la que se amenaza o chantajea a la víctima para que cumpla las exigencias específicas de un perpetrador. En estos casos, la amenaza o la exigencia es de naturaleza sexual. Lo más habitual es que el perpetrador amenace con compartir contenido sexual sobre la víctima (ya sea real o falso) con el fin de obtener contenido sexual adicional, actividad sexual, dinero u otros favores de la víctima.

La protección contra la sextorsión empieza por comprender la amenaza. Aunque los perpetradores acceden a contenido que puede servir para extorsionar a través de muchos métodos, la sextorsión suele comenzar con el “sexteo” o intercambio digital de material sexual. Es importante entender que el niño o joven puede haber decidido compartir el material sexual, pero una vez compartido, el material puede llegar rápidamente a manos de otras personas. Esta decisión puede estar influida por diversos factores, como la presión de los compañeros, las expectativas de una relación, la curiosidad, la exploración, el acoso, la coacción o el deseo de impresionar o ser incluido.

Éstas son sólo algunas de las muchas estadísticas que pueden ayudarnos a comprender la amenaza.

  • El 46.8% de los jóvenes declaran haber recibido una imagen de contenido sexual1
  • Los datos de la policía indican que entre el 90 y el 100% de los infractores por distribución no consentida eran otros jóvenes.2
  • El 72% de los jóvenes que reciben una imagen de contenido sexual no la denuncian.1
  • Sólo el 2,6% informó a sus padres de que estaba siendo víctima.1
  • Una cuarta parte de los jóvenes justifica el reenvío de una imagen de contenido sexual como una broma.1

Aquí están cuatro cosas que los padres pueden hacer para reducir el riesgo de sextorsión:

  1. Evaluar las situaciones de riesgo y practica cómo afrontarlas. Los padres y cuidadores deben analizar varias situaciones de riesgo -en línea y fuera de línea- que podrían conducir a la extorsión sexual y practicar con el niño cómo podrían manejar las situaciones.
  2. Enseñar a establecer y respetar límites saludables. En el caso concreto de la sextorsión, los límites ayudan a los niños y jóvenes a reducir la posibilidad de que dispongan de material sexual para ser objeto de sextorsión. Los límites también impiden que los perpetradores obtengan material sexual.
  3. Mantener abiertas las líneas de comunicación. Aprender a responder en lugar de reaccionar combate de forma directa la vergüenza y el estigma que a menudo impiden que una víctima busque ayuda. Un padre que puede responder a un niño o joven cuando escucha cosas difíciles hace más probable que el niño o joven mantenga abiertas las líneas de comunicación. 
  4. Hablar del desarrollo sexual y de la intimidad saludable. Las conversaciones proactivas largas mezcladas con muchas conversaciones cortas receptivas sobre el desarrollo sexual arman a tus hijos con una comprensión de lo que es normal y saludable cuando se trata de su desarrollo sexual. Si tu hijo es lo suficientemente mayor como para tener tecnología en sus manos es el momento de tener la gran plática sobre la sextorsión.

Educarnos sobre cómo reducir el riesgo nos permite combatir ese miedo a través de la acción. Podemos reducir el riesgo. Podemos empoderar a nuestros hijos y jóvenes para que establezcan relaciones sanas, eviten o afronten situaciones de riesgo y acudan a nosotros en busca de ayuda si algo ocurre.