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HISTORIAS DE SOBREVIVIENTES

Yo vivía en una espiral perpetua de vergüenza

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Al igual que el noventa por ciento de los sobrevivientes de abusos, sufrí abuso sexual por parte de un miembro de mi familia de confianza durante varios años. Cuando se conoció el abuso, los líderes de la iglesia le dijeron a mi madre que tenía que perdonar al abusador y que no debíamos hablar de ello. La vergüenza del abuso y el silencio al que me vi obligada fue una carga muy pesada para una niña.

Pasé a vivir una vida mediocre de fracasos inevitables. Siempre sentí que era una mercancía dañada y que si la gente conocía mi pasado pensaría mal de mí. Vivía en una espiral perpetua de vergüenza, siempre queriendo hacer y ser más, pero sintiendo mentalmente que no merecía más que mi vida mediocre.

En 2009, hice algo que cambió toda mi vida: corrí un maratón. Durante los nueve años siguientes, creí que era la propia carrera la que creaba el cambio duradero. Me levanté de una situación realmente mala, en la que prácticamente no tenía hogar ni forma de cuidar de mi hijo autista, y di un giro a mi vida. Volví a la universidad y finalmente me licencié en 2013. Llegué a un punto en el que me sentía fuerte y era capaz de valerme por mí misma.

Pero cuando asistí al Retiro Saprea en marzo de 2018, me di cuenta de que el maratón, aunque una hazaña asombrosa, NO fue lo que realmente encendió mi llama interna. Fue la sensación de CONTROL que por fin sentí que tenía sobre mí misma, mi cuerpo y mi vida. Me sentí empoderada, fuerte y, francamente, enfadada por haber cargado con tanta vergüenza toda mi vida. Estaba decidida a convertirme en la mejor versión de mí misma y a utilizar mis antiguas luchas como fortalezas, a convertir mi debilidad en guerrera.

Mi experiencia en el Retiro de Saprea fue increíble. El personal nos trató con mucha amabilidad y respeto; las actividades fueron sanadoras y terapéuticas; y las conexiones con todas las demás mujeres no tuvieron precio. Ojalá lo hubiera hecho antes y ojalá pudiera repetirlo. El trabajo que hacen para ayudar a las sobrevivientes de abuso es realmente extraordinario.

H Hoy hablo a las organizaciones sobre cómo encontrar su grandeza interior. Comparto abiertamente mi historia y animo a los demás a abrazar sus propias historias, reconociendo que sus experiencias, buenas y malas, les hacen singularmente asombrosos. Cuanto más hablemos de ello, más sanaremos y más podremos trabajar para defender la inocencia.

-Stacy, Sobreviviente