Ya no seré avergonzada

«Eras una niña. ¿Cómo puede seguir molestándote tanto?».

Te sorprendería saber con qué frecuencia me hicieron esa pregunta en mi última relación. No creo que la gente comprenda realmente las cicatrices y los efectos duraderos. En la infancia es cuando nuestras mentes y personalidades aún se están desarrollando. Que te arrebaten esa inocencia, bueno, es horrible e injusto.

Tuve que madurar mucho más rápido de lo que debería. Me arrebataron muchas primeras veces, y nunca podré recuperarlas. Siempre cuestionaré las intenciones de la gente y seré precavida. Pero ya no me avergonzaré por las decisiones de un monstruo.

Hoy estoy en la universidad haciendo realidad mi sueño de convertirme en Trabajadora Social. Estoy en una relación cariñosa y solidaria en la que he entrado en la vida de dos hijos increíbles y una adolescente hermosa y con talento.

Llevo mis cicatrices conmigo con orgullo, porque me convirtieron en quien soy hoy. Son la prueba de que es muy posible pasar de ser una niña rota y asustada a una mujer valiente y de mente fuerte.

No soy mi pasado. Soy una sobreviviente.

-Randi, Sobreviviente