Voy en la dirección correcta hacia la sanación

Una de las cosas más difíciles que he experimentado es hablar libremente de mis sentimientos y emociones sin que me juzguen ni me interrumpan.

De niña, sufrí abuso sexual. Reconocerlo y aceptar que soy una sobreviviente no fue tarea fácil. Antes de mi adolescencia, tres perpetradores distintos abusaron de mí en tres ocasiones diferentes. Muchos años después, cuando tenía unos 35 años, fui secuestrada por una persona que conocía bien, e intentó abusar sexualmente de mí. Me sentí completamente rota, hecha añicos hasta el punto de que me parecía imposible reponerme.

Asistir al Retiro Saprea me cambió la vida y la perspectiva de cómo pensaba sobre mí misma. Me ayudó a comprender por qué me comportaba y reaccionaba ante las distintas situaciones y personas de mi vida durante todos esos años. Antes de embarcarme en esta jornada me sentía incompleta, vacía y olvidada, pero durante el retiro conocí a varias mujeres maravillosas que pasaron por el mismo camino del abuso y escuchar sus testimonios y cómo pasaron por situaciones similares me dio una sensación de alivio. Que otras personas comprendieran por fin mis sentimientos y emociones fue increíble y asombroso. Ahora me siento más fuerte y confiada, yendo en la dirección correcta hacia una sanación que nunca consideré posible.

Estoy rota de forma única, pero hay belleza en lo roto; y ahora sé que puedo ayudar a otros utilizando mi voz para hablar y hacerles saber que hay esperanza, para decirles que son suficientes, dignos de amor y respeto, y que NOSOTROS no estamos solos.

-Maria, Sobreviviente