Tengo voz y está bien utilizarla

La idea de ir a pasar la mayor parte de la semana con gente que no conocía me inquietaba mucho. Pero había aceptado la invitación y ya no había vuelta atrás. Todas las cosas negativas que pasaban por mi cabeza y todo el dolor de mi corazón no eran nada para lo que estaba a punto de experimentar.

Mi vida cambió el día que entré en la sala con otras 18 mujeres que no conocía. Inmediatamente establecimos un vínculo sin decir una palabra. No hacían falta palabras; todas compartíamos algo en común y todas sentíamos compasión las unas por las otras debido a lo que compartíamos.

Aprendí mucho más sobre mí misma en esos pocos días de lo que había aprendido en los 48 años que he vivido. La educación y la información fueron tan esclarecedoras sobre tantas cosas que antes no tenían sentido. ¡No soy la misma persona desde que fui allí! ¡Asistir al Retiro Saprea cambió mi vida! Me cambió a mí.

Fui allí pensando lo peor de mí misma porque no valía nada mejor que lo peor. Me fui con un estado mental completamente opuesto: sabiendo que valgo, sabiendo que soy importante, sabiendo que tengo voz y que está bien utilizarla, sabiendo que tengo un propósito en esta vida y, sobre todo, ¡Amando lo que soy!

-Lisa, Sobreviviente