Soy una vencedora, no una víctima

Perder la inocencia a los seis años y ser víctima de una violación en una cita a los quince fue algo que oculté a todos los que me conocían. Siempre me sentí culpable por permitir que me ocurriera esto. Nunca hablé de ello con nadie. Sólo lo ocultaba con el alcohol. Podía ser divertida, podía coquetear y podía reírme con el alcohol. No podía hacer eso sin él. Me escondía del mundo y vivía deprimida.

Ir al retiro me abrió los ojos y me aclaró la mente. No permití que me ocurrieran estas cosas. Me las robaron. Conseguí las herramientas que necesitaba desesperadamente para buscar ayuda, hablar con la gente y aprender a quererme a mí misma. He aprendido que puedo superar cualquier cosa. Soy una VENCEDORA y no una víctima. Soy valiente, fuerte y una guerrera.

Puedo compartir mi historia con los demás con la esperanza de ayudar a una mujer que vive en la oscuridad como yo vivía. Saprea me salvó la vida. Estoy recuperando la esperanza cada día con mis nuevas e increíbles seis amigas que hice en el retiro. Son mis hermanas, mis amigas y, sobre todo, ¡mi escuadrón de animación! ¡Gracias por los cuatro mejores días de mi vida!

-Sammi, Sobreviviente