Nunca más me esconderé detrás de mi trauma
A mis 60 años, he pasado toda una vida ocultando, a la vista de todos, mi abuso y mi sufrimiento. Durante décadas, siempre he vivido sintiéndome rezagada, avergonzada, una intrusa, y siempre sola e incomprendida. A través de todo ello, centímetro a centímetro, luché a través de terapia, mucho trabajo personal, decidida a no dejar que definiera mi vida. Estaba decidida a no rendirme nunca, me costara lo que me costara. Sin embargo, siempre faltaba una pieza en mi recuperación.
Entonces, ya no contenta con ser invisible, esta alumna estaba dispuesta a salir y este maestro, el Retiro Saprea, apareció de repente.
Al principio, no vi ninguna foto de ninguna sobreviviente de mi edad en la página web. Aunque me alegré mucho de que hubiera algo de lo que pudiera haberse beneficiado una yo más joven, me preguntaba, y tenía ganas de saberlo, si tenían algo para mí, así que presenté mi solicitud. No tenía ni idea de qué esperar, excepto que sería la primera vez que estaría en un espacio en el que todos podrían mirarme a los ojos y saber quién era, comprender mi pasado. Sólo eso ya me ponía ansiosa y esperanzada. Esta jornada fue extraordinaria.
Nunca había pensado en mi abuso como un trauma, tal y como aprendí aquí, y esto fue muy significativo para mí. Siempre lo asocié y asumí ese dolor por otras personas, especialmente otros niños al enterarme de sus vidas maltratadas o heridas, pero nunca por mí. Por primera vez, en lugar de mi reflejo de soportar todos esos años de abuso como una debilidad, me sentí validada. Por mi fuerza. Por sobrevivir.
Aquí sentí un gran alivio. Ya no me sentía aislada. Fui dotada de una nueva hermandad, de un sentimiento de pertenencia, y emergí con un elegante despertar para verme y amarme como la mujer íntegra y hermosa que soy.
-Lorraine, Sobreviviente