No soy una víctima. Soy una guerrera.

No fue hasta el año pasado cuando hablé de mi abuso. Siempre sentí vergüenza, asco y que no me creerían. Fui abusada por alguien durante muchos años, alguien que se suponía que debía amarme y protegerme.

Antes de recibir el correo electrónico en el que me decían que me habían seleccionado para el Retiro Saprea, acababa de terminar un curso de terapia de grupo de seis semanas aquí en el Reino Unido. No sabía a quién acudir. El correo electrónico me llegó en el momento justo.

Me aterraba la idea de hacer el viaje a Utah. Iba a viajar sola desde el Reino Unido a un país en el que nunca había estado. Era intimidante, pero sabía que tenía que ir. Y lo hice.

Ya no soy una víctima, soy una sobreviviente, ¡soy una guerrera! Conocí a mujeres maravillosas en el retiro, que serán mis amigas para siempre. Me sentí segura y cómoda. Como era la única persona de Inglaterra, estaba muy nerviosa. Pero todo el mundo me hizo sentir bienvenida.

Me han dado las herramientas que necesito para continuar con mi jornada de sanación y por eso les estaré siempre agradecida.

-Rena, Sobreviviente