Skip to main content

Saprea > Survivor Stories > Luchaba por saber siquiera quién era

HISTORIAS DE SOBREVIVIENTES

Luchaba por saber siquiera quién era

 ;

La mayoría de la gente puede mirar atrás a su infancia y tener recuerdos de amor y risas. Yo miro hacia atrás y sólo tengo un recuerdo. Ese único recuerdo ha controlado mi vida y me ha quitado muchas cosas.

Mi tío abusó sexualmente de mí a los 10 años. Mi familia, aparte de mis padres, mi hermano y una tía, me dieron la espalda. No me creyeron. Me odiaron y me repudiaron. Desde ese momento me sentí sola y abandonada. Me costaba incluso saber quién era. Me robaron mi infancia y mis buenos recuerdos.

Desgraciadamente, ése no fue el final de mis abusos. Sufrí abusos a manos de otro tío y de un amigo íntimo de la familia. Después de eso me convertí en una cáscara de persona, creyendo que no existía el contacto seguro. Creía que nunca podría ser amada, sólo utilizada. Creía que no era digna de amor y que estaba dañada y nunca conocería la verdadera felicidad.

Pasé gran parte de mi vida rebotando de relación en relación buscando a alguien que me amara. Buscando llenar el vacío que me dejaron el abuso y la pérdida de mi familia.

Asistí al Retiro Saprea en agosto de 2018. Fui muerta de miedo y aun creyendo que no se podía reparar el daño que se había hecho. Realmente creía que no había forma de arreglarme y que así sería mi vida para siempre. No sabía que éste sería el trampolín hacia la sanación y la felicidad.

Volví a casa sintiéndome una persona completamente diferente. Por primera vez en mi vida tenía esperanza. Tenía un camino y, lo que es más importante, volvía a tener voz. Ha sido un largo camino y sé que aún me queda mucho por recorrer, pero estoy sanando y soy fuerte. Ahora veo la vida de forma muy diferente y eso se lo debo a Saprea. He buscado durante mucho tiempo una forma de sanación y de ser normal. Ya no quiero ser «normal». No soy normal, soy una luchadora, soy fuerte y no voy a pasar ni un momento más de mi vida siendo una víctima. Voy a resurgir de mis cenizas y a luchar.

No puedo recuperar a esa niña que perdí hace tantos años. He llorado su pérdida, pero tengo el poder de ser quien quiero ser y no permitir que quienes abusaron de mi dicten cómo debe ser. Esta es mi vida y mi jornada, ¡y POR FIN estoy emocionada por el camino que me queda por recorrer!

Gracias por la oportunidad. Gracias por las herramientas que me han proporcionado. Gracias por darme un lugar seguro para empezar y a las increíbles mujeres que han traído a mi vida, ¡ahora las considero mis hermanas!

-Cheryl, Sobreviviente