Luchaba con mi capacidad para sentir

No hay palabras para describir el impacto que Saprea ha tenido en mi vida. Desde que fui abusada, he luchado contra mi capacidad para sentir y conectar con mis emociones. Para hacer frente a mi dolor, había separado mi vida en el «antes» y el «después». Nunca sentí que pudiera volver a estar completa. Tener la oportunidad de conocer a otras mujeres que comprendían mis luchas me cambió la vida. Junto con ellas y con el personal de Saprea, pude, por primera vez, hablar con franqueza de mis emociones y mi dolor sin un sentimiento abrumador de lástima. Desde que empecé a contar sobre mi abuso, sentía que la gente que oía mi historia siempre intentaba encontrar formas de ayudarme «arreglándome». Las mujeres del Retiro Saprea me abrazaron y no intentaron arreglar mi dolor, sino que me aceptaron y me amaron junto con cada parte de mi trauma. Empecé a tener la sensación de que era una persona completa, validada en mi dolor, pero aceptada por cada parte de mí.

Para las personas que se estén preguntando si deberían dar este paso y asistir, por favor, háganlo. Esperar a que la vida te dé un momento óptimo para trabajar en ti misma nunca llegará. Es un acto de fe para ti y para esa niña. Te debes a ti misma, y a ella, poder reconectar contigo misma plenamente y conocer a personas que te edificarán. Sé que todas las mujeres que han vivido el Retiro Saprea se han ido cambiadas y sus relaciones alteradas para mejor. Ahora tengo un grupo fuerte de hermanas que me rodean y me animan en las buenas y malas temporadas de la vida, y tú te lo mereces. Esa niña también se lo merece.

-Emma, Sobreviviente