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HISTORIAS DE SOBREVIVIENTES

Durante años, fui un cascarón vacío

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Tenía pocos o ningún recuerdo de mi infancia. Nunca pensé en la falta de recuerdos. Ni en los trozos que sentía como fragmentos de cristal rotos. Me parecía normal sentirme sola, triste con mi sonrisa pintada. Sé que hubo momentos felices, pero mi cuerpo se aferraba al dolor. Tenía el estómago revuelto, me sentía fea y poco querida. Los padres borrachos y sin vigilancia que no sabían nada de las múltiples manos que había sobre su hija. Fue duro. Aún pienso en las veces y las personas que tuve que ver con regularidad.

Durante años fui una cáscara vacía. Una noche, mientras vivía con una familia de acogida y hacía voluntariado en Armenia, el país de mis antepasados, tuve un sueño sobre mi experiencia. Me lo quité de encima como si nada. El dolor parecía real. Casi un año después, esos sueños siguieron apareciendo y los recuerdos reaparecieron. De repente, me sentí excesivamente triste y feliz porque tenía recuerdos. La intensidad de los sentimientos era aterradora. Siempre había tenido ansiedad, pero nunca me había sentido deprimida. Tuve momentos de tristeza y rabia paralizantes. Quería enfrentarme a todas las personas de mi pasado que me habían hecho daño. Aún quiero hacerlo. Espero poder hacerlo algún día. Aún me afloran recuerdos.

La cantidad de veces que abusaron sexualmente de mí todavía me hace llorar. Casi me dejo llevar por el dolor. Nunca olvidaré, después de intentar quitarme la vida, lo mucho que me di cuenta de que quería vivir. A través de todo ese dolor y sufrimiento recordé que soy fuerte. Siempre he sido una persona que intenta infundir fuerza en los demás para ayudarles a ver lo increíbles que son. No me di cuenta de que necesitaba encontrar mi propia fuerza. Necesitaba aprender a quererme. Ahora lo hago. Ahora puedo utilizar todas mis experiencias negativas para ayudar a los demás como terapeuta de salud mental. Sigo trabajando para perdonar a los que me hicieron daño y a algunos puede que nunca lo haga. Pero siento paz sabiendo que lo superé y que puedo ayudar a otros a hacer lo mismo.

-Rose, Sobreviviente