Skip to main content

Saprea > Survivor Stories > De dolida a sanada

HISTORIAS DE SOBREVIVIENTES

De dolida a sanada

 ;

Durante muchos años, reprimí el recuerdo del abuso. Pensaba que lo había recordado mal. Me repetía a mí misma que él no haría algo así. Pero ahora, a los 32 años, estoy aceptando el hecho de que un perpetrador me arrebató la inocencia hace 25 años. Ocurrió y duele. Duele de verdad.

En el pasado, confié en personas equivocadas que rompieron mi confianza y me hicieron sentir más avergonzada. Después de hablar con mi hermano mayor, me dijo: «Hermana, ése es el problema. Son demasiados secretos. Es hora de que compartas tu historia».

En mi primer año de universidad, tuve una profesora de trabajo social, la Sra. Riddick, a la que adoraba. Quince años después, me puse en contacto con ella y pensé: «Señor, si estoy destinada recibir ayuda, por favor, deja que ella conteste al teléfono». Contestó al teléfono y lloré. Lloré porque sabía que ya no podía soportar el dolor. Lloré porque la idea de hablar con un tercero sobre mis luchas como víctima de abuso y trauma en la infancia me resultaba embarazosa. Pero poco más de un año después, puedo respirar. Ya no siento vergüenza. La Sra. Riddick decía: «si intentas levantar una barra de mil libras, al final te cansarás». Ella me hizo saber que no es culpa mía y que estoy bien.

¿Cómo es posible que alguien sea capaz de causar este tipo de daño a un niño? ¿A un niño que no conoce nada mejor? Espero que otras personas como yo encuentren consuelo y puedan procesar lo que les ocurrió, aunque hacerlo sea duro y a veces pueda doler.

Escribir un diario, la cerámica, la cocina y el kickboxing son útiles. Por encima de todo, Dios es sanador. Estoy en paz y puedo respirar. Quiero compartir mi historia para ayudar a los demás a vivir sin ira, miedo, ansiedad ni tensión. No hay nada malo en querer vivir tu vida más feliz.

-Kristina, Sobreviviente