Sé que hay vida fuera del abuso

Al crecer en el sistema de acogida, el abuso no era nada nuevo para mí. Fui abusada sexualmente por primera vez a los cinco años y tuve una historia continua de ello hasta los 19 en mi casa de acogida. Estos abusos me llevaron a sentirme inútil y no deseada, ya que fui violada de la forma más íntima por más de un perpetrador.

No sabía qué hacer con mi vida y me sentía en un círculo continuo de abusos. Atenté contra mi vida por tercera vez a los 18 años, y fue entonces cuando supe que realmente necesitaba ayuda. Así que, tras ese intento, pasé dos meses y medio en un centro residencial para ayudarme con mis traumas pasados y mi historial de abusos. Eso pareció funcionar durante un tiempo, hasta que empecé a matarme de hambre para hacer frente a todo lo que me había pasado. A raíz de esto, decidí que había llegado el momento de buscar ayuda a más largo plazo.

Estoy lejos de haber sanado de mis traumas pasados y aún hoy sigo luchando con las cosas que me han ocurrido. Algunos días no entiendo por qué crecí sufriendo abusos en todas sus formas, mientras que otros tienen una infancia perfecta. Pero sé que eso me ha hecho más fuerte hoy y que la mayoría de la gente no puede haber pasado por lo que yo pasé.

También espero que algún día pueda alejarme de todo el abuso, el dolor y el sufrimiento que sufrí en mi infancia y que eso no me defina. Será duro y costará mucho trabajo, pero sé que hay vida fuera del túnel y espero que yo, al igual que cualquier otra persona que haya sufrido abuso, encuentre también esa luz.

-Davita, Sobreviviente