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HISTORIAS DE SOBREVIVIENTES

Me sentí tan herida y asquerosa

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Esta es mi historia…

Me crié en una casa con 7 hermanos. Mi madre y mi padre se divorciaron cuando yo tenía probablemente 2 años. Mi padre casi nunca estaba en mi vida y mi madre siempre estaba ahí para mí. Mi madre se volvió a casar y tuvo 1 hijo más. Finalmente encontró a su novio de secundaria, al que había buscado durante muchos años. Éramos una familia feliz con él y era increíble y nos trataba como si fuéramos sus hijos.

Un día, el verano que cumplí 12 años, mi padrastro, al que yo llamo papá, tuvo un accidente. Mientras se recuperaba y yo iba a verle, estaba allí nuestro amigo de la familia, al que yo llamaba tío. Mi tío me había llevado a dar una vuelta en coche, pero la cosa se puso mal cuando el trayecto nos llevó al medio de la nada. A algún lugar donde nadie pudiera vernos ni oírnos.

Ese hombre me violó. No sabía qué hacer y tenía miedo de contárselo a nadie. Me llevó con mis padres al hospital y me hizo usar su abrigo, lo que me hizo sentir mucho peor. Tenía su olor encima, lo que me daba ganas de llorar porque, sinceramente, en aquel momento ni siquiera entendía lo que había pasado.

No se lo conté a nadie. Me sentía tan herida y asquerosa que me quedaba en mi habitación la mayor parte del tiempo. Se lo conté a mi madre unos 2 años después de que ocurriera y supe que no había nada que pudiéramos hacer en ese momento aparte de alejarnos de él y no volver a hablarle.

Me miraba en el espejo y me hacía cumplidos todos los días para sentirme mejor conmigo misma. Me dije que era fuerte y que lo superaría. Y lo conseguí. Me fortalecí. Me llevó un tiempo, pero me mantuve fuerte. Finalmente crecí y conocí al hombre de mis sueños, que siempre estuvo a mi lado y me demostró que no todos los hombres son iguales. Mi prometido y yo tenemos dos hijos preciosos y no podría ser más feliz porque no dejé que me destrozara. No dejé que me impidiera ser feliz y encontré donde estoy segura y donde pertenezco.

No te rindas, no te rindas nunca. La vida es corta y no tengas miedo de hablar. ¡Se te escuchará! Tú también puedes ayudar a los demás compartiendo tu historia.

-Chas, Sobreviviente