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HISTORIAS DE SOBREVIVIENTES

Hoy hay esperanza en mi vida

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A los 10 años y medio mi vida quedó destrozada para siempre. El abuso que sufrí a manos de un miembro de mi familia alteró el curso de mi vida. No tenía ni idea de las cosas negativas que iban a entrar en mi universo a causa de mi mayor peso. Odio a mí misma, vergüenza, confusión, dolor (tanto emocional como mental), y sentir que mi vida estaba destrozada para siempre.

Mi abuso fue continuo a lo largo de cinco años y tardaría otros 30 años en poder iniciar realmente mi jornada de sanación. Tras luchar contra la adicción y convertirme en madre adolescente, oculté mi abuso y seguí con mi vida. No sabía que estaba afectando a todo en mi vida diaria, incluidas las relaciones con mis hijos.

En junio de 2018, asistí al Retiro Saprea. No tenía ni idea de lo destrozada que estaba cuando llegué. El tiempo que pasé allí me cambió la vida. Aprendí a creer de nuevo en mí misma. Salí de allí con una sensación de valía, sabiendo que era suficiente. Pude encontrar el perdón, no en beneficio de quien abusó de mí, sino en el mío propio. Encontré mi fuerza interior y con ella llegó mi voz, que nunca volverá a ser silenciada.

Sé que mi proceso de sanación continuará, pero sé que no estaría sentada donde estoy hoy si no fuera por Saprea y el Retiro Saprea. Me proporcionaron las herramientas para iniciar mi jornada de sanación y para continuar una vez que volví a casa. No soy la misma persona que llegó al retiro. No sólo salí de allí siendo una persona muy diferente, sino que he seguido cambiando y creciendo en el tiempo transcurrido desde que estoy en casa. Hoy hay esperanza en mi vida. Hay risa en mi voz. Hay un brillo en mis ojos que me había faltado durante 30 años y hay ilusión por el futuro que me espera.

Sé que nunca volveré a ser la misma y estoy muy agradecida por ello. Estoy orgullosa de la mujer en la que me he convertido a lo largo de esta jornada y emocionada por verla crecer.

-Jenny Lyn, Sobreviviente