Elijo dejar de vivir mi vida como una víctima

Tenía 5 años cuando ocurrió por primera vez. No entendía lo que pasaba porque sólo era una niña y admiraba a mi padrastro. Siempre proveía para mi madre, mi hermano y para mí, pero me favorecía a mí. Para conseguir las cosas materiales que quería tenía que dejar que me utilizara. Durante los 7 años que esto estuvo ocurriendo siempre me sentí vacía y perdida por dentro, sin saber cuándo acabaría.

Un día por fin me harté y le conté a mi madre lo que estaba pasando; menos mal que me creyó, y acabamos mudándonos. Aunque salí de la situación de abuso, en mi adolescencia siempre estaba deprimida, pensaba que todo era culpa mía y que no merecía vivir. A los 20 años, mi amiga me sugirió que fuera a un retiro de mujeres para ayudarme a sanar mi corazón dañado.

Estoy muy agradecida de que mi amiga me sugiriera que fuera porque no sólo pude conocer a otras mujeres que habían pasado por lo mismo que yo, sino que por fin pude aprender a sanar. Cada una de nosotras se turnó para contar su historia. Aprendimos a decirnos a nosotras mismas que nada de ello era culpa nuestra. Ahora vivo mi vida sin sentirme culpable de haber sufrido abuso ni compadecerme de mí misma. Mi corazón tendrá siempre una cicatriz, pero he elegido no vivir más mi vida como una víctima; en lugar de eso, vivo más fuerte y más feliz.

-Danielle, Sobreviviente