El trauma afectaba a mi forma de pensar

No creía ser una candidata merecedora del Retiro Saprea. Pensaba que me iba bien en la vida y que le estaría quitando el puesto a otra mujer si iba. De lo que tampoco me di cuenta fue de cómo mi trauma estaba influyendo realmente en mi forma de pensar y en mi falta de autoestima. Me repetía a mí misma que era una sobreviviente, NO una víctima. Realmente no me lo creía. No podía mirarme al espejo y ver un ser hermoso.

Al llegar, sentí al instante tanto amor y sanación, no sólo por parte del increíble personal, sino también de las otras mujeres guerreras que tenían historias similares. Aprendí que realmente merecía estar allí y me dieron herramientas para ayudarme a afrontar la situación y cambiar mi mentalidad. Nunca supe que pudiera sentir tanto amor por la gente en tan poco tiempo.

Todavía estoy aprendiendo a quererme a mí misma y a utilizar las habilidades que me dieron para mejorar mi perspectiva de la vida. Estoy sanando por dentro y tengo una jornada positiva por delante. Soy fuerte, bella y merecedora. Soy una sobreviviente. No estoy rota. Soy yo. ¡Y me quiero!

-Mónica, Sobreviviente