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HISTORIAS DE SOBREVIVIENTES

El silencio nunca es bueno cuando se trata de abuso sexual infantil

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Como sobreviviente de abuso sexual infantil y criada en una familia de la Marina, a menudo me sentía como si navegara en mi propio barco. Me quedé sola en el mar, abandonada durante muchos años. Hasta principios de mis 40 no estuve preparada y fui capaz de enfrentarme a mis demonios. Mi detonante fue cuando mi hija cumplió 5 años, la misma edad que yo tenía cuando empezaron las cosas.

Hubo algunos días oscuros y solitarios que se convirtieron en años y mucha terapia, pero siempre he llevado algunas semillas de ESPERANZA en lo más profundo de mi ser.

En cuanto leí sobre Saprea y el Retiro Saprea, supe que éste sería un lugar que me ayudaría a continuar y acelerar mi camino de sanación. Lloré mi primer día en el Retiro Saprea cuando vi a todas las mujeres de 20/30/40 años, porque eso significa que están poniendo manos a la obra con la sanación antes que yo, ¡ahorrándose así décadas perdidas!

No me malinterpretes. ¡También hay mujeres de 50/60/70 años en el retiro y las aplaudo (¡y a MÍ!) también por el valor de levantarte y dar la cara por ti misma! Pero AMO y celebro que se inicie la sanación lo antes posible.

El mensaje familiar de «olvídalo» y «no hablemos de ello» sólo alimenta la vergüenza. El silencio nunca es oro cuando se trata de abuso sexual infantil.

Durante el retiro de 4 días se vivieron muchos momentos impactantes, pero la sesión de fotos y el cambio de imagen me cogieron desprevenida y me hicieron tomar conciencia de que nunca me siento guapa. Me parecía mucho a mi agresor; de niña, mi familia y otras personas me lo repetían. Era una persona horrible, terrible y malvada. Cuando tenía 5 años interioricé esa idea y se convirtió en mi autoconcepto. En algún momento, abandoné la conexión con mi abusador y me limité a pensar que era fea y horrible. Había olvidado que sólo lo creía porque la pequeña Susie, de 5 años, hacía todo lo posible por manejar las cosas. ¡Había cargado con algún aspecto de esa narrativa durante 56 años! Hacer esa conexión me permite verme sólo a mí. ¡Me quiero y soy hermosa!

Estoy eternamente agradecida por la experiencia del Retiro de Saprea, por el equipo del Retiro Saprea que me hizo sentir cuidada y cercana, por mi Tribu de Hermanas por Siempre y por añadir herramientas de SANACIÓN a mi caja de herramientas para la vida.

Se ha dicho que el abuso sexual infantil es una herida que dura toda la vida, pero ahora creo que es una herida que puede empezar a sanar.

Soy una Sobreviviente/Guerrera con cicatrices. Me encanta tener el valor de sanar. Me encanta poder ayudar a otros con mi jornada. Me encanta que esta sea MI historia para contarla. Me encanta que nunca se es demasiado mayor para resolver las cosas: ¡Tengo 61 años! Me encanta que soy más que suficiente, que soy hermosa y que soy un espíritu agradecido.

-Susan, Sobreviviente