Centrada en escuchar lo que quiero

En mi caso, no esperaba abrir ninguna herida nueva en el Retiro Saprea, pues pensaba que ya había superado muchos de mis traumas. Descubrí que no era cierto al tercer día.

Al igual que muchas otras sobrevivientes, he lidiado con el sentimiento de inutilidad y he sentido que mi voz era secundaria a la de los demás. Crecí pensando que no era lo bastante hermosa, lo bastante lista o simplemente que no merecía la pena que me quisieran. Intentaba constantemente complacer a los demás y asegurarme de que sus necesidades se satisfacían por encima de las mías. Mi sesión de cambio de imagen en el retiro dejó al descubierto la espina que llevaba tiempo pudriéndose y bloqueando mi sanación.

Al principio todo parecía ir bien durante mi cambio de imagen. Luego vinieron las lágrimas, pensé que podría pasar sin más por la sesión de fotos, pero mi cuerpo/mente seguía diciéndome que no podía tomarme las fotos. No me sentía yo y me sentía como una muñeca. Con el tiempo procesé que estaba entrando automáticamente en la mentalidad de hacer lo que sentía que los demás querían de mí y no lo que yo quería. Mi maquilladora me ayudó a llegar a un punto en el que me sentía segura y libre de ser yo misma. Por fin pude tomarme las fotos, con los ojos hinchados y todo.

Desde ese día, me he centrado en escuchar lo que quiero en mi aspecto, mi vida y mi felicidad. Moraleja de mi historia: «Acepta tu verdadero yo y quiérete de verdad a ti misma, no a la versión que otras personas tienen de ti».

-Kim, Sobreviviente